LECTO-ESCRITURA
– APRENDIENDO A LEER Y A ESCRIBIR
De acuerdo con la revisión crítica del
concepto de madurez por Downing (1974) la lecto-escritura se despliega a la
edad de 6 años, pues es el momento adecuado en donde el niño apropia mayor
concentración; su motivación y voluntad por la lectura se va a desarrollar con
facilidad y mejor provecho; teniendo en cuenta la metodología que utilice el
docente para incentivarlo y a la vez rompiendo paradigmas tradicionales,
ayudando a integrar su aprendizaje para que éste sea significativo y pueda
construir conocimientos apropiados que influyan en el crecimiento de su vida.
Según la concepción VYGOTSKIANA, la
madurez del alumno se relaciona y se desarrolla mediante la interacción que
éste tenga con la sociedad y su familia. Sus primeros pasos de alfabetización
se dan con las experiencias que obtenga con estas personas y las ocasiones del
cómo intervengan en su crecimiento; de allí, su capacidad para afrontarse a un
texto variará de acuerdo a su percepción, conexión, interacción y relación que
haga con sus conocimientos ya adquiridos y con los que el autor le está dando a
conocer.
El modelo interactivo ve la lectura como
una actividad cognitiva compleja y al lector como un procesador activo de la
información que contiene el texto. De modo que este método se aproxima al
apropiado para motivar al estudiante a sumergirse en la lectura, teniendo en
cuenta sus vivencias y relacionándolas con lo que se lee, construyendo con ello
nuevos conocimientos y así, conseguir que llegue a comprender y a darle sentido
e importancia a lo expresado por el autor. Además de presenciar conocimientos
de lo que está leyendo por medio de lo que le comunica sus sentidos, es
importante combinar sus experiencias sabiendo darle significado a las palabras
dentro del contexto con el conjunto de conceptos e ideas que la persona posee
sobre sus conocimientos.
El método interactivo tiene como finalidad
entonces, que el lector le dé significado a lo que lee, discerniendo entre lo
que dice el texto con relación en sus conocimientos adquiridos. Esto indica que
el proceso de memorización utilizado años antes, se ha hecho a un lado y se le
ha dado prioridad a la nueva competencia de comprensión lectora que debe
aprobar el estudiante. El niño no solo debe saber leer, sino también aprender a
leer, saber interaccionar con el texto y aportar sus conocimientos y
habilidades para relacionarlos con lo que el autor trata de transmitir.
Comprender lo que se lee conlleva a este alumno a sacar conclusiones propias y
emitir así un comentario crítico.