martes, 20 de septiembre de 2016

LECTO-ESCRITURA – APRENDIENDO A LEER Y A ESCRIBIR

De acuerdo con la revisión crítica del concepto de madurez por Downing (1974) la lecto-escritura se despliega a la edad de 6 años, pues es el momento adecuado en donde el niño apropia mayor concentración; su motivación y voluntad por la lectura se va a desarrollar con facilidad y mejor provecho; teniendo en cuenta la metodología que utilice el docente para incentivarlo y a la vez rompiendo paradigmas tradicionales, ayudando a integrar su aprendizaje para que éste sea significativo y pueda construir conocimientos apropiados que influyan en el crecimiento de su vida.

Según la concepción VYGOTSKIANA, la madurez del alumno se relaciona y se desarrolla mediante la interacción que éste tenga con la sociedad y su familia. Sus primeros pasos de alfabetización se dan con las experiencias que obtenga con estas personas y las ocasiones del cómo intervengan en su crecimiento; de allí, su capacidad para afrontarse a un texto variará de acuerdo a su percepción, conexión, interacción y relación que haga con sus conocimientos ya adquiridos y con los que el autor le está dando a conocer.

El modelo interactivo ve la lectura como una actividad cognitiva compleja y al lector como un procesador activo de la información que contiene el texto. De modo que este método se aproxima al apropiado para motivar al estudiante a sumergirse en la lectura, teniendo en cuenta sus vivencias y relacionándolas con lo que se lee, construyendo con ello nuevos conocimientos y así, conseguir que llegue a comprender y a darle sentido e importancia a lo expresado por el autor. Además de presenciar conocimientos de lo que está leyendo por medio de lo que le comunica sus sentidos, es importante combinar sus experiencias sabiendo darle significado a las palabras dentro del contexto con el conjunto de conceptos e ideas que la persona posee sobre sus conocimientos.

El método interactivo tiene como finalidad entonces, que el lector le dé significado a lo que lee, discerniendo entre lo que dice el texto con relación en sus conocimientos adquiridos. Esto indica que el proceso de memorización utilizado años antes, se ha hecho a un lado y se le ha dado prioridad a la nueva competencia de comprensión lectora que debe aprobar el estudiante. El niño no solo debe saber leer, sino también aprender a leer, saber interaccionar con el texto y aportar sus conocimientos y habilidades para relacionarlos con lo que el autor trata de transmitir. Comprender lo que se lee conlleva a este alumno a sacar conclusiones propias y emitir así un comentario crítico.

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